Monday, December 29, 2008

Duane Allman








Duane Allman - Goin' Down Slow

I've had my fun
If I don't ever get well no more
I've had my fun
If I don't ever get well no more
I know my health is failin' me now
I know that I'm goin' down slow

Won't somebody write my mother
And tell her the shape I'm in
I want somebody to write my mother
Tell her the shape I'm in
I want you to tell her to pray for me
Ask her to forgive for all of my sins

Mother, please don't send me no doctor
A doctor can't do me no good
I don't want you to send my no doctor now
Doctor just can't do me no good

Back when I was a young boy, oh
I just didn't do anything I should


Recomiendo escucharla entera, ya verán como terminan subiendo el volumen.

Feliz 2009 a todos

Wednesday, October 01, 2008

De esclavitud y de cadenas



De esclavitud y de cadenas


Aunque quisiera cantarla contigo, quizá en la playa o en esas escaleras, desgarra más cantarla solo. Desde que la conocí, en aquel espléndido disco con Vegas "El tiempo de las cerezas", no dejo de pensar que este tío - que es algo así como el hermano mayor que nunca tuve- me ha dado las canciones que yo hubiera escrito si hubiese sido cantante.
De hecho, me resulta inquietante la exactitud con la que me define en esta canción.
Esto se escucha alto, preferiblemente blue y con un poco de ron en la mano.
Y espero que la cante el sábado en La Coruña.




Queriéndote como ya no se estila,
Sin una gota de decencia
Me casaré contigo todas las veces
(Siempre que sea estrictamente necesario)

Porque eres en mi caso lo que la fe
Suele ser para los desesperados
Quizás superstición, quizás vocación
De suicida incandescente sin una gota de cordura

Si pensara menos con la cabeza, menos con el corazón
Y más con la entrepierna, el triunfo del amor
En estos tiempos de pena y olvido, el vino y la miseria
Devolvieron a mi casa la flecha arrojada,
La palabra ya dicha, la oportunidad despreciada
La vida pasada que no volverá y es un hecho

Te fecundaría con un simple pensamiento de amor
Para algo ha de servir este dolor que hoy siento, lo siento
Esta pálida tristeza de deseo

De esclavitud y de cadenas

No me importa saber quien soy, si es que soy alguien
O aprendiz de puta o crucigrama sin resolver
Esta pasión de enredadera, de cumbre o precipicio
De cilicio o mansedumbre

Si pensara menos con la cabeza, menos con el corazón
Y más con la entrepierna, el triunfo del amor
En estos tiempos de pena y olvido, el vino y la miseria
Devolvieron a mi casa la flecha arrojada,
La palabra ya dicha, la oportunidad despreciada
La vida pasada que no volverá
y es un hecho





Tuesday, July 29, 2008

El rumbo de tus sueños


Jamás te recuerdo, porque nunca te olvido.
A pocos días de alcanzar París, será extraño enfilar el Pont Neuf sin evocarte, sin volver a ver tu sonrisa de veinte años asomada al Sena en gastadas fotografías.
Quizá no seas tú, o quizá sí, pero mi hermano no podrá escuchar tus risas cuando el viento quiso llevarse tu sombrero, o cuando aquel helado.
Es difícil, aun cuando nunca hubo tal viaje, pero el tiempo de las cerezas nunca llega a noviembre.
En cualquier caso, no me será difícil besarte otra vez, pues subsiste una memoria inconclusa en los viajes que nunca hicimos.
Ahora que he perdido la forma literaria, puedo decir que, en muchas ocasiones, has viajado conmigo allá donde he estado y, aunque me afecte el no encontrarte, y esté solo por loco, o loco por solo, hemos cantado juntos por las carreteras de europa, y estuviste con nosotros hace un año en Italia, entre Paul y yo, viendo M. Butterfly en la Torre del Lago Puccini.
El sábado llegaremos a París otra vez, como nunca antes, pero haré lo imposible por evitar verte de nuevo marchar con ese maldito pintor enfermo, y además cubista.
Despídete, S.L. anuncia una nueva línea de negocio para este agosto: personajes de ficción. De momento hay cuatro: dos masculinos - heteros- y dos femeninos.
He pedido para Jorge una Amélie para el martes a las 9:00, en la puerta del Louvre.
A mí me despedirá Ilsa Lund -Casablanca- en el Charles de Gaulle, o no.
El precio, claro, sube.
Pero será peor la adicción.
Cuídense.
P.D.- Te dejo tu canción. La que no me recuerda a ti, porque no te puedo olvidar.
El resto, por favor, escúchenla varias veces, a todo volumen.
P.D II.- No, no encontré otro vídeo.
Fotografía: Prostituta. París, 1933. Brassai
Música: El rumbo de tus sueños. Bunbury.



Saturday, May 24, 2008

Viaje con nosotros


Vuelo 714 quién sabe adónde (I)


En realidad se refiere a mi blog. Imagino que veis lo mismo cuando desde hace un mes es Bob quien os saluda con la mano en el sombrero. Quisiera agradecer vuestro interés, si es que aún os dejáis caer por aquí. Esta viñeta es un homenaje al comic, al Arte.

No sé cómo escribir esto, pero lo intentaré. Lo cierto es que es difícilmente explicable con palabras. Me refiero a mi último viaje.

De todos es sabido mi natural querencia por las aventuras. Me identifico con el profesor Tornasol, aunque sea menos listo. Procuraré ser breve:

Decidí ir a Alemania en el puente de mayo, se lo había prometido a mi sobrino- ahijado Maxi, que celebraba su confirmación, un día importante para él, y más en la católica Bayern. Había visto vuelos Oviedo- Munich I/V por 300 euros, pero me parecía demasiado caro. Una semana antes vi el mismo vuelo por 390 euros, un precio prohibitivo.

Un par de días antes, azuzado por mi hermano, me dije qué demonios por Maxi y reservé un vuelo Santander-Frankfurt de Ryanair por 175 I/V. Había estado en Frankfurt un par de veces antes, y de allí a Nuremberg, donde me recogería mi hermana, me separaban tres horas en tren. Costo estimado: el mismo que el viaje desestimado, unos 300 y pico. Más dos horas entre Gijón y Santander. Pero me encantan las locuras.

Antes de aterrizar en Frankfurt me pareció extraño no ver la gran ciudad desde el avión, sólo veía campos de cultivo, pero no le dí mayor importancia. Sí me sorprendió la terminal, no la recordaba tan pequeña. Llegué a las 19:00.

A partir de ahora me transformaré en Gurb: meteros en mi pellejo.

Salgo del aeropuerto: no encuentro la estación de tren. Pregunto en Información y una señora me mira con sorpresa y me dice que no hay ninguna estación de tren. Cómo que no, le digo creyéndola trastornada, se cree que soy tonto pienso. No señor, esto es Frankfurt-Hahn, aquí no hay ninguna estación de tren. Sorpresa. Cómo que no es Frankfurt, pero qué dice esta. Frankfurt está a 140 km, caballero, las aerolíneas baratas operan con aeropuertos alejados , pero saldrá en breve un autobús para allá, llegará hacia las 23. Primeros sudores, primeras maldiciones. Me imagino en Frankfurt a las 23, a 3 horas de Núremberg, llegar a casa a las 3 de la mañana como muy pronto. Eso si hay tren.

Decido alquilar un coche. La noche antes había visto un coche por 60 euros dos días por internet pero no llegué a reservarlo. Menos mal porque lo hubiese alquilado, pero a 140 km del aeropuerto.
Me pongo a buscar coches, pero ninguna compañía tiene. Me encuentro un grupo de parejas asturianas, hablamos del Sporting, les cuento mi problema, me miran con extrañeza, nos deseamos un mutuo ascenso a 1ª y nos despedimos. Se van riendo, y yo sudorosamente nervioso.
Al final encuentro un coche: 150 euros, un Ford Mondeo nuevecito. Pienso que en realidad es mejor, me encanta conducir por Alemania, así que lo doy por bueno. Me cobran 15 euros por el GPS. Trago saliva. Llego al coche. Casi 4 horas después llego a Ingolstadt, donde vive mi hermana. A 200 por las autopistas, una gozada de coche. Y aún me adelantaban por la izquierda.


Mi genuina falta de previsión provoca estas situaciones, qué le voy a hacer. Pero es un modo, aunque bastante caro, de vivir experiencias. El viaje directo de Oviedo a Munich me hubiese ahorrado tiempo y dinero, pero no habría atravesado Alemania en coche a 200 - comprendan que si no le saco ventajas me pegaría un tiro-.

Hasta aquí la primera parte del viaje, en unos días les traeré la segunda. Y déjenme decirles que, si lo leído hasta ahora entra en los límites de lo que a cualquiera le podría pasar, les aseguro que en la segunda parte leerán cosas que ni el más osado de los guionistas hubiese sido capaz de imaginar.

Si quieren rebajar aún más la opinión que tienen sobre mí, no se pierdan el blog que escribí el 2 de abril del 2006. Pueden revisitarlo entre los restos del naufragio. Merece la pena.

Ayer fui tío por sexta vez. Celia nació una semana antes de cumplir ocho meses, pero también nosotros teníamos prisa por verla. Tres niños y tres niñas.

María, Maxi, Sarah, Samuel, Darío y Celia






Gasto total hasta aquí: 390 euros...
















































Thursday, April 17, 2008

Threw it all away





I Threw It All Away. Bob Dylan´s Nashville Skyline.

I once held her in my arms,

She said she would always stay.

But I was cruel,

I treated her like a fool,

I threw it all away.

Once I had mountains in the palm of my hand,

And rivers that ran through ev'ry day.

I must have been mad,

I never knew what I had,

Until I threw it all away.

Love is all there is, it makes the world go 'round,

Love and only love, it can't be denied.

No matter what you think about it

You just won't be able to do without it.

Take a tip from one who's tried.

So if you find someone that gives you all of her love,

Take it to your heart, don't let it stray,

For one thing that's certain,

You will surely be a-hurtin',

If you throw it all away.

Wednesday, April 09, 2008

Guillermo Brown



Just William





Me gustaría que hubieses crecido con Guillermo Brown; que los Proscritos hubiesen compartido contigo - a regañadientes- un poco de agua de regaliz, o unas bolas de grosella, o esos caramelos riquísimos llamados ojos de buey.

Desearías poder entrar en el cobertizo, volver a tener heridas en las rodillas y zurcidos los calcetines. Compartirías peleas con Enrique, Douglas, quizá con el Pelirrojo, con quien saldrías de la cuneta abrazado y con arañazos.

Jurarías vengarte de tus hermanos mayores Ethel y Roberto y encontrarías siempre comprensión en las tartas de mamá, una parte de las cuales acabarían, de vez en cuando, en las manos de tu querida Juanita.

El odioso Humbertito Lane, tan estúpidamente pijo y remilgado, sería tu mayor enemigo.



¡Ah! Y siempre tendrías 11 años.


William's spirits sank a little as he approached the gate. He could see through the trees the fat caravan-owner gesticulating at the door.



En el blog del Oráculo Sánchez-Dragó se dice con acierto que existe una sociedad oculta de antiguos Proscritos, que reconocen una misma educación sentimental con un breve intercambio de palabras. Recuerdo el tacto de las hojas de mis libros de Guillermo, porque eran los mismos que leía mi padre de pequeño. A mí llegaron un tanto envejecidos, oldies but goldies.

Simplemente Guillermo Brown, para reconocernos; porque luego ya sé que vendrán los tres mosqueteros, y el Corsario Negro y la estrella misteriosa y la isla del tesoro, y todo lo demás...

Hoy, como cada día, he batallado por el fomento de la lectura, más allá de vender o no más o menos libros.
Tengo claro que la batalla está perdida. No puedes luchar contra la masa. Pedazos de carne con ojos reproduciéndose sin control, cuya único rasgo recordatorio de su condición humana es su capacidad de hablar, que no de hacerse entender. Cuya única misión en la vida es ocupar un sitio en esa gigantesca bola de basura que trata de engullirte, dejándote sin buenos programas de televisión, sin buenos productos en el supermercado o tratando de convertir en imbécil a tu hijo en el colegio.

Y hablo de esa gente con hijos de mirada perdida, los mismos que te dicen que los niños sólo deberían jugar, que no deberían existir exámenes porque todos somos iguales, que a los niños les mandan demasiadas cosas en el colegio o que ya aprenderán cuando sean mayores.

Esos que cuando les preguntas si les leen cuentos a sus hijos en edad infantil o si les compran algún libro de vez en en cuando te contestan impávidos que con lo que hacen en el colegio tienen suficiente, cuando no te dicen: "es que ahora con el ordenador...".

Hay gente que no tiene ni un puto libro en ninguna habitación de su casa. Tienen la gigantesca foto de bodas presidiendo el salón, las fotos de sus hijos, de sus equipos de futbol, la play-la wii-la nintendo- telecable y demás artilugios, las estanterías con el ajuar y hasta los juguetes del perro, y no das crédito cuando ves a sus hijos, insoportablemente maleducados, viendo alelados la televisión, mientras su madre te dice que les chifla Sin-Chan.

Hoy me hizo gracia una mujer de Avilés, no por lo que dijo, que ya es habitual, sino por la seguridad en sí misma, como si lo hubiese visto en el periódico:

"¿Qué ye oh, que no lo sabes?. Tú no te enteras, pero si los libros ya no...vamos, te doy diez años, pero como muchísimo eh. Y yo, bueno, yo te como libros eh... te puedo leer fácil, pues no se decite, tranquilamente 8 o 9 al año pero es que ahora con el ordenador...al mí fíu mándan-i leer La Celestina, por ponete un ejemplo, y no te coge el libru, tsk tsk, val ordenador y te lo lee allí, nun fai falta de andar a cuestes con el libro. Mismamente en la Universidad, no sabes, ya no hay libros, no se quién me lo dijo que andaben tamién con el ordenador pa estudiar..."

Mientras, tres de cada diez niños no terminan la ESO, pero tenemos otro récord Guiness en España por hacer no sé cuántos kilómetros con monedas de un céntimo una detrás de otra, y otro más por hacer lo mismo, pero con monedas de cinco. Vean si no lo creen el blog del hermanísimo.

A veces me pregunto por qué tiene hijos mucha gente, para qué; pero luego piensas: qué van a hacer si no.

Disculpen el arrebato, pero es que de verdad que muchas veces no doy crédito. He visto cosas que jamás creeríais.


¡No os perdáis el video!


Wednesday, April 02, 2008

Lurleen




Lurleen Lumpkin
No niego que alguna vez he pensado en Homer antes de empezar un examen. Y me decía que si semejante tipo tenía una mujer fantástica, unos hijos adorables y una bonita casa, entre otras muchas cosas, la Teoría del Arte no tenía tanta importancia.
Claro que, después, vino Chester J. Lampwick -de inolvidable recuerdo para nosotros tres- a decirnos que no bastaba con ser el creador de Rasca y Pica para vivir en la indigencia.
Pero nunca entendí que Lurleen llegara a cantarle aquello de "mira que yo te comprendo y ella no..." o esa otra de "para conseguir un Homer..." y mucho menos aquella declaración solapada de final caliente: "tómame, Homer..."
Que la vida iba en serio, uno lo empieza a comprender más tarde.
Este sábado empiezo mis clases de guitarra, sólo para poder cantarte desde la distancia, aunque tú no me pienses, aunque mi voz no te llegue.
Algún día haré como mi hermano y colgaré algún cover en youtube. Me gusta ver cómo la gente libera sus emociones y las entrega al mundo.
Pero hoy te encontré a ti, y para ti es el día, aunque no te conozca.
Cuando te descubrí, recordé a Nick Rivers en Top Secret; y quise abrazarte, con guitarra y todo...
Te llamaré Lurleen...





Monday, March 24, 2008

Fielding y Nancy. Bananas





Es primavera en Velázquez 6


Dice la evolución que detrás de todos nuestros pequeños pasos se encierran grandes objetivos. Que dejamos de comer hojas para poder leerlas para poder dominar el mundo.
En un forzado reduccionismo se podría admitir que, asimismo, dejamos de respirar bajo el agua para poder ahogarnos en ella.
Ha llegado la versión 30.o de la primavera, pero nos ha pillado desprevenidos, como si no la esperáramos en la puerta de casa con las maletas y una sonrisa de hola-por-fin-estoy-aquí.

Tentado estuve de presentarla con corbata y maletín. Se reuniría con nosotros en la mesa de la cocina, e iría sacando papeles, algún que otro dossier e informes, muchos informes, con un análisis detallado de los tres meses que llevamos de año.
Le prepararía un café, y con gesto de disgusto daría un par de palmadas y diría: - venga, coño, un poco de energía, que vamos un poco atrasados con el año Alberto. Contigo estoy contento, Pablo.

En las dos horas siguientes desglosaría los sucesos de los meses por venir:

-"La semana que viene veréis un piso que os gustará en Gijón, a finales de mayo está lo del Sporting(sorbo), tú tendrás un catarro leve, el 27 de abril te raparás...

- Y tengo por aquí lo de las chicas...espera...dónde lo habré puesto, madre mía qué flores...¡Ah, sí!, aquí estaba...
- (...)
-¿Primavera?. (Al unísono).
- Sí, ehm...(mano derecha en la barbilla). De novias...pues aquí no aparece nada...de todos modos ya sabéis que esto es un poco provisional, habrá que ir mejorándolo pero sí, vamos detrás del presupuesto. Sobre todo tú, Alberto..."


En los últimos tiempos vuelvo de vuestros blogs al mío por donde se escapa todo el mundo en el cine: el estrecho y claustrofóbico conducto de ventilación del techo, a veces con ratas, siempre con insectos, sólo falta que alguien empiece a golpear con una escoba desde abajo para localizarme, o aún peor, que empiece el consabido tableteo ametrallando el pasadizo. Tal es así mi actual situación, cuando pienso en que, según la evolución, tan querida a mi adorado Gary Larson y a mi no menos adorado Paul, tenemos un corazón más grande que cuando éramos peces, aunque a veces no sepamos cómo utilizarlo.

Es por eso que brindo con ustedes, queridos todos, por una feliz primavera, que la sangre nos altere más de la cuenta y que, aunque acabemos como Fielding y Nancy, hayamos disfrutado del Amor.

Besos primaverales


Foto: Gary Larson, The Far Side
Video: Bananas, 1971. Woody Allen

Tuesday, March 18, 2008

Who by fire


Who by fire
Y qué si enfilamos los treinta habiendo perdido la cuenta de los veinte, por haberlos vivido tan deprisa.
Y qué si nos vemos más gordos y más calvos y sin la puñetera novela escrita - ya voy- y con ganas de coger un libro cuando nos aburren los bares; y qué si cada vez llegamos más sobrios a la ebria condición, y qué.
Y qué si a veces creemos que ya hemos vivido el amor, y qué si la catarsis nos hizo cenizas.
Como bien se dice en el otro lado del espejo: no puedo vivir sin ti, aun sin haberte conocido.
Recuerdo los partidos en el Chas, los sábados por la mañana. Casi me gustaba tanto como jugar el paseo desde mi casa con el walkman. Aún hoy recuerdo esas sensaciones cuando vuelvo a escuchar esas cintas que hacía de mis viejos vinilos. Es probable que vuelva a ser tan feliz como entonces, cuando la única preocupación era jugar un buen partido, hacer un par de caños y darle goles a Paul Salinas - auténtico goleador, doy fe de ello - , pero de momento lo soy recordándome cantando aquellas canciones y pensando en las chicas que luego veríamos en El Jardín o en el Tik, aunque por lo general no les gustaba cantar, y menos mi música y se difuminaban rápidamente una vez compartidas las alegrías carnales.
¡Ah!, aquella deliciosa disyuntiva entre rollo o salir:
- Entonces: ¿somos novios?
- Vale, pero sin lengua
"I'm looking for someone to change my life.
I'm looking for a miracle in my life.
And if you could see what it's done to me
To lose the the love I knew
Could safely lead me through."
Música: Question, The Moody blues
Photo: Wet Nude, Brett Weston


Saturday, March 08, 2008

Lucas




Este es Lucas.


Lucas nació en una fiesta de cumpleaños, y de todos sus hermanos sólo sobrevivió él, porque si no no sería quien es. Un día le perdí, casi sin darme cuenta, y pocas veces lo pasé tan mal en mi vida, hasta que recibí una carta suya unas semanas después. En ella me decía que para él había sido una decisión muy dura partir así, sin despedirse, pero que era lo mejor, quería ver todas las cosas que le había enseñado aunque no fuera conmigo, y madurar - papá, ya soy mayor - me dijo, viajando.

Luego sonreí al leer que se había hecho un hatillo con un par de trapos y una manzana y que su primer viaje lo había hecho subido en el último vagón del primer tren que encontró, y que ahora estaba por Francia y todo estaba resultando maravilloso.

Su última carta la recibimos en Velázquez 6 hace un tiempo, desde París, donde trabaja de camarero en un local en el viejo Montmartre.


Y bueno, ésta fue la fotografía que nos envió, tomada por una tal Colette, de quien nos habló en las 17 páginas restantes de la carta.

Ah, mon petit Lucas...

Siempre nos quedará París
Música: Jorge Cuervo-Arango, en su última actuación en el Annie Hall Jazz Club.
While my guitar gently sheeps



Tuesday, February 19, 2008

Persistencia retiniana

Persistencia retiniana




Quizá porque no se escuchan ya cascos de caballos en las avenidas; o porque no hay calesas, una de esas palabras que apetece decir.

Sea por la ausencia de tardes de domingo, de fiestas de guardar; o porque empiezan a escasear personas ante las que destocarse. Si algo no perdono del tiempo en que vivimos es que no me hayan dejado llevar sombrero.



Tampoco digo de arrojar las inmundicias por la calle al grito conocido de ¡agua va!. Pienso que necesitaría ciertas comodidades: agua corriente, luz, tocadiscos, coche. No muchas más cosas, lo necesario e imprescindible.



Se me ocurre que quizá 1910 sería un buen año. No veo muchos avances desde entonces y, además, llevaría polainas.



Viene esto al caso por mi singular querencia por épocas pretéritas. Es como la persistencia retiniana; es como todo lo demás.



Me horroriza este tiempo. O me horroriza la vulgaridad.



La semana pasada estuve trabajando en Madrid. Quizá me vaya allí a vivir, aquí no hay nada.

Y echo de menos las patatitas con limón y pimienta. Y los desayunos.



Mi querido Paul sufrió allí la casi transubstanciación de la carne. Algún día intentaré explicaros lo inexplicable, sólo digo que mi memoria no guarda constancia de Paul sangrando por la nariz, excepto cuando le zurro.


Fallida de nuevo la operación salida de Velázquez 6, aprovecharé para tomar una decisión; me apetece irme de aquí, y más si es con mi hermano, si le destinan a la capital.

Aunque esto es como aquel chiste:

- ¿sabes inglés?

- If

Pues eso.

En mi amada Ragtime, el pobre Tateh decide huir con su hijo del Lower East Side, después de encontrarse a su mujer con otro(s).

Pocas veces he visto mayor ternura en una pantalla de cine: un pobre inmigrante ruso, pero con más dignidad que mucha de la gente que conozco. Se me saltan las lágrimas cuando busca protector las manos de su hijo, mientras el comerciante ventea negocio fácil, o quizá sea Randy Newman, o quizá sea mi estado de melancólica nostalgia.


Persistencia retiniana:

"La persistencia retiniana es un fenómeno que hace que cualquier imagen que veamos se grabe en nuestra retina durante un breve instante. Esta característica es la que aprovecha el cine para crear la ilusión de movimiento, mostrando una sucesión de 24 fotografías por segundo. Esa velocidad es suficiente para provocar la ilusión de que que el movimiento es fluido, como si fuese visto de forma natural."

P.D.- Por favor, si no les conmueve este escena, no me lo hagan saber.





Saturday, February 16, 2008

Marketing



¡Viva la Publicidad!

I. Iñigo

Le conocí esta mañana, cuando me desperté un poco más tarde que mi coche; cuando llegué ya me lo habían levantado: 120 euros de multa. Joder. Luego pensé : qué demonios, ya conozco el depósito de Oviedo y Gijón, sólo me queda el de Avilés, tan demodé. Turismo de lujo. Para que luego digan.
Así que fui a sacar dinero. Debí emitir unos improperios importantes, o quizá no le gustó el zarandeo, porque de pronto se abrió la puerta y después de unos segundos logró salir el cajero del cajero. Y yo aún diría más: el cajero del cajero.

El caso es que nos hicimos amigos, y me contó las típicas cosas que la gente se cuenta para conocerse. Es decir, me habló del trabajo.

¿No se conoce mejor a los demás por los libros que no leyeron o la música que nunca escucharon?

Deberíais verle por las mañanas, hecho un pincelín. Al salir, claro, ya pasaron 9 horas, la ropa se arruga, el sudor, etc. Me reí mucho con sus anécdotas, como que era un oasis en la jornada cuando se acercaba al cajero alguna chica guapa -y ni te cuento si lleva escote-, o cuando se acercaba algún indeseable: le encantaba devolverle el recibo del saldo con cinco o diez euros, y verle con la cara desencajada.
- La gente no sabe que existen estos trabajos. No me pagan mucho, pero estoy contento. A veces me dejan quedarme a dormir en el cajero. Es un principio. Además, me llamo Iñigo, cómo-no-voy-a-trabajar-aquí, me espetó dejándome completamente alucinado.
Y es que es un nombre un tanto constreñido, un poco de ascensor, claustrofóbico, vaya.



II. Graciela

" Gracias por el cigarrillo. Pues nada, ¡atchuss!Nací en Nuevo París, un pueblecito de Montevideo. A los 23 vine para acá, después de finalizar mis estudios de Arte. Llevo tres años intentando ahorrar, pretendo irme a París, quiero terminar mi tesis allá. Tengo un par de conocidos. ¿Cómo?, ¡ah!, la tesis. Ja, ja. La tesis. No,no, párate. Es sobre Kiki, ¿vos sabés?Kiki de Montparnasse. Aparte de eso no tengo más que comentar. Cough cough. Acaban de meterme un par de calcetines, tengo laburo. Andate, cough, no, no quiero. Anda tu madre.




III. Valentín
- Ja-ja-no-no, qué va, ni mucho menos-, me dice con suficiencia, como perdonándome la vida, - no es como en Amelie, jeje,- ríe con esa risa de "este mindundi no tiene ni puta idea del valor de mi trabajo".
- Por cierto, tú nunca pasaste por aquí- me susurra acariciando el secador.
-Ehm, ya...
(Ruido de pasos corriendo)


Wednesday, February 13, 2008

l,m,n,o,p,Q...


Ojalá todos fuésemos teleñecos. Quizá nadie tendría una excusa para no sonreír, aunque gente hay que acabaría encontrando alguna.

¿Beberíamos whisky con soda...?

No se pierdan el ruido del ventilador.

Se les quiere.



Thursday, January 31, 2008


One life, one lifetime (Un final posible enajenado). A Paul
Los disparos ensancharon el estrecho callejón a martillazos, pero no llovía, así que el charco había de estar, por fuerza, ensangrentado.
Matellán dio un par de pasos hacia su izquierda y dejó caer su pistola sonriendo nerviosamente. Tiempo atrás, se lo hubiese pensado dos veces antes de descerrejarle dos tiros a nadie, pero tiempo atrás, dice, aún era de día.
El soplo le vino muy de mañana, probablemente de Píriz. Carlota dijo después que recibió una llamada a mediodía: -Aquí Matellán. Estaré en el 6589 un par de horas, pero que sea importante.
Una vez colgó el teléfono, volvió a descolgarlo y salió de la habitación por la escalera de incendios; a la altura del segundo piso perdió el sombrero, que recogió con gran alivio más tarde en el techo de un contenedor de vidrios, y doblada la esquina, tuve que correr para llegar a verle acomodarse en el asiento de atrás de un taxi ya en movimiento.
Una respuesta hosca, a modo de gruñido, desactivó la locuacidad del taxista, que depositó su aburrido fardo tres o cuatro kilómetros más cerca de las afueras, próximo ya a las naves industriales.
El alambre de espino recorriendo los muros olía a privacidad, a sueños enlatados. El frío comenzó a despertarse, y Matellán se subió el cuello de la gabardina mientras sujetaba el cigarrillo con los labios. Parpadeó con un mohín de disgusto cuando el humo penetró en sus ojos y entre lágrimas de picor volvió a mirar impaciente su reloj. - No tardará en salir.
Vaya si la quiso, a quien no le consta; todavía tenía los dedos manchados de tinta de la última carta, que preveía sin respuesta otra vez de nuevo.
Y parece que aún fue ayer. Y parece que aún fue ayer. Y parece que aún fue ayer, sollozaba Matellán con el rostro desencajado, hecho una piltrafa, escondido en las sombras. No hace tanto del viaje a París, de los besos en el Quai du Louvre, del tren nocturno;
- Aún no hace tanto de ti, Maite
Y sin embargo míranos ahora, tan ajenos.
A Matellán comenzó a temblarle la mano cuando vió acercarse una figura de caminar cansino y macuto al hombro, como recién salido de la cárcel. Sacó de su bolsillo derecho tres o cuatro Polaroid, en las que se veía una pareja besándose en el paseo del Muro, subiéndose a una noria en la Semana Negra y tomando una copa en un local de moda. Apretándolas con rabia las dejó caer y sus dedos, sudorosos, deslizaron lentamente el percutor.
No le fue difícil, después de todo, asociar promesas y desvelos, y era evidente la importancia que para aquellas fotografías tenía el recién logrado régimen de tercer grado, que Pevarelo llevaba disfrutando desde hacía seis semanas.
P.D.- Léase Los finales posibles -a novel-, en despertar(es) maravilloso.
P.D.II.- Photo: Frank Horvat. París, 1955. Quai du Louvre

Monday, January 07, 2008





Mind the gap



Haciendo el último esfuerzo del día recogió del suelo el gastado pedazo de tiza e incorporó a su triste almanaque de pared una jornada más sin mucho que contar, tan sólo una línea, y vertical.


Se preguntaba si alguien ahí fuera repararía en su ausencia, o quizá si inspiraría lástima su estado de abandono, suciamente oscuro y mefítico, tan deshilachado todo él como el desastrado jubón que le servía de almohada.


Pero acostado en su catre rememoraba, noche tras noche, antes de caer en el más ligero de los fríos sueños, las sabias palabras de su compañero Paulus, prediciéndole su descenso a los infiernos por mor de su elevado egoísmo:- “Mind the gap between the train and the platform” , le anunciaba su orondo y querido hermano entre trago y trago de cerveza, antes de recoger, las más de las veces con su lengua, la espumilla del bigote. Lo recitaba con una cadencia cercana a la letanía, como en trance, como alejándolo de él. - eres un ser egoísta, egoíísta,no piensas en nadie más salvo en tí mismo. Además, lo he hablado muchas veces con ellas, y están de acuerdo.


Mind the gap. Oh dios mío, así que estaban en lo cierto. Jamás se le comunicó razón alguna que justificara su encierro, y menos en este calabozo frío y tenebroso, como salido del castillo de If, ni estos latigazos ni esta bazofia de comida que ni el mismísimo Oliverio hubiese probado de puños de Fagin.

Decidió en lo sucesivo ennoblecer su mugriento espíritu, tratando de pensar más en los demás, aún a costa de un notable esfuerzo.

Cada día, a la misma hora de luna, una trampilla se abría en la pesada puerta, a través de la cual el carcelero arrojaba una viscosa ración en el mugriento plato del confinado. Pero al marcharse arrastrando sus pesados pies siempre silbaba una melodía que penetraba en los oídos de nuestro antihéroe, que jamás había cruzado palabra con él. Hace poco escuchó con atención cómo se alejaba y descubrió algo familiar en el silbido. Un par de días atrás supo por fín hallar en los confines de su cerebro la misma balada, y lleno de felicidad se levantó saltando y comenzó a reír: ¡era la canción que había leído en Bajo el yugo, la célebre novela de Ivan Vazov, de 1893!.


Había dedicado un tiempo de su vida a leer lo mejor de la literatura búlgara del XIX, a pesar de la furibunda condena del hermanísimo Paulus a sus lecturas, insistentemente masacradas por su verborrea sub iudice, que arrojaba al fuego inquisitorial cualquier clásico anterior a 1960.


Pero hete aquí que, al día siguiente, antes de cerrar de nuevo la trampilla el carcelero escuchó un murmullo proveniente de la celda: - Ognyanov seguirá silbando hasta que derrotemos a los turcos, camarada...


Temblando esperó a que los goznes de la puerta rompieran el tenso silencio sobrevenido, y de pronto unos ojillos emocionados enfocaron su escuálida figura: - Soy Dmitar Koranov, de Levsky.


Desde entonces los latigazos son otros, transcurren entre citas y comentarios sobre las grandes novelas de Pelin, Milev y Hristo Botev, pero duelen menos, quizá también porque a Dmitar se le ablanda el corazón cuando le hablan de su lejano país.


Hoy abrió el cerrojo con mayor vigor que otras veces, y sus ojillos saltaban de felicidad. Aguardó en el umbral de la puerta y desde el fondo del pasadizo se escuchó una voz grave y antipática tronar:

-Tom Baxter, eres libre.


Al despedirnos, Dmitar me devolvió mi pequeño hatillo, y con lágrimas en los ojos me entregó su ejemplar de Bajo el yugo, con una dedicatoria preciosa:


"Para mi camarada Tommy Baxter, con el deseo de que, como Ognyanov, hagas honor a tu destino y nunca dejes de morir por Bulgaria".


Salí de prisión arrastrando los pies y la luz me obligó a usar mis manos de sombrillas, pero muy pronto unos brazos me sostuvieron y me ayudaron a caminar. Era el hermano Paulus , tan orondo como siempre, alegre por verme de nuevo.
- Paulus, salgo menos egoísta, créeme
- Te creeeo
- Anda, llévame a casa, no sé ni cuánto llevo aquí...
- ¿Bromeas?. Dos meses, que llevas sin escribir
- Oh dios mío, por eso 100 personas se caen al año en el metro...
- Por eso, cretino. Mind the gap, always mind the gap...
- Oh...



P.d.- En el coche ví luego el último regalo de Dmitar, en la página 465 de la novela: la tarjeta para salir de la carcel, get out of jail free...