Wednesday, April 09, 2008

Guillermo Brown



Just William





Me gustaría que hubieses crecido con Guillermo Brown; que los Proscritos hubiesen compartido contigo - a regañadientes- un poco de agua de regaliz, o unas bolas de grosella, o esos caramelos riquísimos llamados ojos de buey.

Desearías poder entrar en el cobertizo, volver a tener heridas en las rodillas y zurcidos los calcetines. Compartirías peleas con Enrique, Douglas, quizá con el Pelirrojo, con quien saldrías de la cuneta abrazado y con arañazos.

Jurarías vengarte de tus hermanos mayores Ethel y Roberto y encontrarías siempre comprensión en las tartas de mamá, una parte de las cuales acabarían, de vez en cuando, en las manos de tu querida Juanita.

El odioso Humbertito Lane, tan estúpidamente pijo y remilgado, sería tu mayor enemigo.



¡Ah! Y siempre tendrías 11 años.


William's spirits sank a little as he approached the gate. He could see through the trees the fat caravan-owner gesticulating at the door.



En el blog del Oráculo Sánchez-Dragó se dice con acierto que existe una sociedad oculta de antiguos Proscritos, que reconocen una misma educación sentimental con un breve intercambio de palabras. Recuerdo el tacto de las hojas de mis libros de Guillermo, porque eran los mismos que leía mi padre de pequeño. A mí llegaron un tanto envejecidos, oldies but goldies.

Simplemente Guillermo Brown, para reconocernos; porque luego ya sé que vendrán los tres mosqueteros, y el Corsario Negro y la estrella misteriosa y la isla del tesoro, y todo lo demás...

Hoy, como cada día, he batallado por el fomento de la lectura, más allá de vender o no más o menos libros.
Tengo claro que la batalla está perdida. No puedes luchar contra la masa. Pedazos de carne con ojos reproduciéndose sin control, cuya único rasgo recordatorio de su condición humana es su capacidad de hablar, que no de hacerse entender. Cuya única misión en la vida es ocupar un sitio en esa gigantesca bola de basura que trata de engullirte, dejándote sin buenos programas de televisión, sin buenos productos en el supermercado o tratando de convertir en imbécil a tu hijo en el colegio.

Y hablo de esa gente con hijos de mirada perdida, los mismos que te dicen que los niños sólo deberían jugar, que no deberían existir exámenes porque todos somos iguales, que a los niños les mandan demasiadas cosas en el colegio o que ya aprenderán cuando sean mayores.

Esos que cuando les preguntas si les leen cuentos a sus hijos en edad infantil o si les compran algún libro de vez en en cuando te contestan impávidos que con lo que hacen en el colegio tienen suficiente, cuando no te dicen: "es que ahora con el ordenador...".

Hay gente que no tiene ni un puto libro en ninguna habitación de su casa. Tienen la gigantesca foto de bodas presidiendo el salón, las fotos de sus hijos, de sus equipos de futbol, la play-la wii-la nintendo- telecable y demás artilugios, las estanterías con el ajuar y hasta los juguetes del perro, y no das crédito cuando ves a sus hijos, insoportablemente maleducados, viendo alelados la televisión, mientras su madre te dice que les chifla Sin-Chan.

Hoy me hizo gracia una mujer de Avilés, no por lo que dijo, que ya es habitual, sino por la seguridad en sí misma, como si lo hubiese visto en el periódico:

"¿Qué ye oh, que no lo sabes?. Tú no te enteras, pero si los libros ya no...vamos, te doy diez años, pero como muchísimo eh. Y yo, bueno, yo te como libros eh... te puedo leer fácil, pues no se decite, tranquilamente 8 o 9 al año pero es que ahora con el ordenador...al mí fíu mándan-i leer La Celestina, por ponete un ejemplo, y no te coge el libru, tsk tsk, val ordenador y te lo lee allí, nun fai falta de andar a cuestes con el libro. Mismamente en la Universidad, no sabes, ya no hay libros, no se quién me lo dijo que andaben tamién con el ordenador pa estudiar..."

Mientras, tres de cada diez niños no terminan la ESO, pero tenemos otro récord Guiness en España por hacer no sé cuántos kilómetros con monedas de un céntimo una detrás de otra, y otro más por hacer lo mismo, pero con monedas de cinco. Vean si no lo creen el blog del hermanísimo.

A veces me pregunto por qué tiene hijos mucha gente, para qué; pero luego piensas: qué van a hacer si no.

Disculpen el arrebato, pero es que de verdad que muchas veces no doy crédito. He visto cosas que jamás creeríais.


¡No os perdáis el video!


6 comments:

Anonymous said...

Siempre me arrepentiré de no haber leído lo suficiente(ya lo se, me pegaríais un tiro y me lo merecería sin duda), pero me alegro de no ser por lo menos una "mente plana" de esas, como esa paisana de Avilés, que debería aprender eso de que si no tienes nada mejor que decir, coño, pues cállate!

Que asco de mundo, bro(s)



De todas formas, como diría Garfield, "things could be worse"

tipodeincógnito said...

La facultad del habla no lo convierte a uno en humano. Mira a Bender, o a esos loros del África tropical. Yo estoy rodeado de gente que no para de hablar y no tiene ni pizca de humanidad. Pero tienes razón, hay gente que "coje" cuando habla y otros simplemente cogen. No hay nada que hacer, bro.

simalme said...

Se necesitarían carne por puntos para muchas cosas, padres, personas.

nickjoel said...

cuando dejemos tanta malica a un lado, el mundo será mejor!!!! definitivamente en nosotros esta el cambio

dios te bendiga baxter

Anonymous said...

Querido proscrito:
Yo me he criado con Guillermo ( por cierto, también comprábamos en la tienda del señor Moss "besos de coco"). Todos los días leo un capítulo. Conforme pasan los años, lo disfruto mas. Es una prosa magnífica, tan irónica y sutil como tronchante. Guillermo Forever!. Richmal Cropmton al Parnaso! Hubertito y sus secuaces al paredón! Viva la Revolución Guillermana!Y además "Moss bende más varato"

Alberto Cuervo-Arango Rodero said...

Gracias por haber venido al otro lado de la lluvia, mi querido anónimo.

Guillermo es...como todo lo demás...