Thursday, March 16, 2006

World War I Flying Ace




World War I Flying Ace


Los campesinos detienen su labor por un momento para otear el horizonte y confirmar que el ronroneo que se viene sintiendo desde hace un rato es en efecto el de las hélices del Sopwith Camel, el avión del más célebre aviador que haya surcado nunca los cielos, que surge majestuoso de las brumas para encontrarse, una vez más, con su temible archienemigo el Capitán Manfred von Richthofen, el legendario Barón Rojo.
Agitan sus manos con gritos de júbilo mientras nuestro héroe les saluda con una arriesgada pirueta antes de perderse en el fragor de la batalla, que nunca será la definitiva.

Ya las balas empiezan a silbar por todos lados, pero logra esquivarlas con elegante desprecio en una sucesión de valerosas maniobras, mientras crece el desánimo entre sus rivales y la esperanza entre los suyos, que ven multiplicada su fuerza con él entre ellos.
Van cayendo tres, cuatro aviones enemigos pero el Fokker del Barón no hace acto de presencia. De pronto lo encuentra frente a él y ambos viran bruscamente a lados diferentes, con sus alas a punto de tocarse. La lucha será encarnizada.
Siguiendo su estela, el más arrojado de los pilotos se ajusta las gafas y maneja con fuerza y decisión la palanca del avión hasta lograr tenerlo a tiro, pero ese endemoniado pájaro parece moverse como pez en el agua y esquiva todos sus ataques tac-tac-tac-tac y vuelta a empezar.
Oh-oh el infame ha logrado contrarrestar el movimiento y ha tomado posición detrás del más célebre aviador de todos los tiempos. Tac-tac-tac-tac parece que se ha desatado un virulento fuego en la parte de atrás del avión, nuestro héroe trata de ponerse a salvo pero la palanca cada vez es más difícil de controlar, maldita sea piensa mientras se ve obligado a realizar un temible looping. La visibilidad empeora con esta inoportuna niebla pero aún así logra hacer blanco en el ala derecha del odiado triplano. ¡Nyah nyah! se igualan las cosas viejo carcamal, grita mientras observa cómo su fiero enemigo decide retirarse en espera de otra mejor ocasión.
Aquí está el as de la I Guerra Mundial volviendo con alguna que otra dificultad a su aeródromo, completamente exhausto, mientras saluda con su pulgar a los lugareños, todo en orden amigos, la victoria está cerca.
Antes de perderse entre la niebla maldice con su puño al cielo:
- Curse you, Red Baron!!!
- Someday, someday I'll get you...!!!!!

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