Thursday, October 27, 2005

Qué melocotón



- Es como si pudiera tomar esa manzana con la mano, qué maravilla de bodegón, James. Y esos melocotones, si hasta me apetece acariciarlos con los dedos, qué tersura...Por eso adoro venir a París de vez en cuando, es una ciudad tan encantadora, y siempre encontramos unos regalos de boda perfectos, ¿verdad?. Creo que no debemos buscar más, querido, les encantará, aunque ya sabes que esa pequeña fierecilla no me es del todo grata; pobre muchacho, acabar en el altar con Helen, quién lo iba a decir; eso sí, los Holden estarán de enhorabuena, no pienses que era algo sencillo casarla, acuérdate de lo que pasó con Jean Watkins, qué vergüenza, imagínate los comentarios, si hasta el juez Albright lo dejó caer en el club, ¿no?

- Qué melocotón...

- ¿Querido...?

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