Sunday, November 19, 2006


Camera Obscura Image of Umbrian Landscape Over Bed, Umbertide, Italy, 2000


EL PATO VIAJERO


Si no existiera la Literatura me pegaría un tiro, directamente. Y en el baño, como en Corazón tan blanco. Sólo que en mi caso no sucederían al disparo las conversaciones truncadas - qué ha sido eso; ha venido del baño- ni el creciente rumor de nerviosos pasos por el pasillo ni al fin el emergente sollozo de la lamentación.

Se oiría la radio, y mi sangre manaría mansamente con el boletín de la hora en punto.


Cuando el señor Rubio nos enseñó la casa en la que ahora vivimos mi querido Paul y yo - y a veces otras personas- , nos la mostro efectivamente como el señor Rubio, agente inmobiliario.
Fue pasando por las estancias vacías, y no se le ocurrió en ningún momento abrigarlas con al menos una liviana pincelada de literatura, error que subsanamos en el acto con un par de comentarios propios de nuestra factoría, ustedes que nos conocen podrán imaginárselos.

Al llegar al baño encontramos un patito de goma, completamente solo en la bañera, y antes de salir nos explicó que durante unos meses habían vivido allí una pareja joven con un crío pequeño.
-Se les debió olvidar...


Antes de salir me pareció escuchar un lejano eco de risas infantiles, chapoteos y patitos de goma. La humanidad en un cuarto de baño, una mamá envolviendo a su pequeño en una toalla, el olor del Nenuco.
Por eso al verle solo y olvidado en la bañera me invadió la melancolía, había algo de tristeza, de clown con lágrimas en aquella estancia.


Cuando tomamos posesión, nos sentamos con él. Imaginábamos que estaría algo preocupado pensando de qué modo le iba a cambiar la vida, quiénes serían esos dos tipos que venían a perturbar su soledad, por qué demonios no podía venir otra familia, otro pequeño a quien hacer reír; quizá vivía en la tristeza de haber sido olvidado, qué ingratitud.

Decidimos adoptarle y hacerle feliz, y entonces nació Pato. Y nos descolocó.

Al principio había algo de brusquedad en el ambiente, en cierto modo era lógico que se sintiera incómodo, no dejábamos de ser dos intrusos en su intimidad, y había gozado ya de suficiente libertad como para que no le hiciera ninguna gracia vernos convertidos en su dueño.

Después de unos minutos de incómodo silencio, habló. - ¿Tenéis fuego?
En un principio nos quedamos completamente parados. Suponíamos que a un pato de juguete habría que tratarle como a un niño, educarle y esas cosas. ¿Cómo es el trato con un pato de juguete?. Le insinuamos que fumar no era algo conveniente para, en fin, un patito -¿patito?. No me toquéis los cojones.
Nosotros teníamos la experiencia de haber educado y criado a Lucas, pero entonces supimos que no podía ser igual. Lucas es Lucas y Pato Pato.

Luego dejamos las cosas claras y pasamos el resto de la tarde charlando y conociéndonos. Nos dijo que desde muy pequeño había tenido la ilusión de poder superar su destino y cada paso que daba iba en esa dirección.
Hoy en día solemos reírnos de aquellas primeras horas, personalmente yo he aprendido un montón de cosas con él. Y quiere muchísimo a Lucas, en cierto modo son muy parecidos, pero difieren en el carácter.
Supimos entonces que no le había abandonado la anterior familia, al revés; finalmente marcharon después de buscarle infructuosamente y se despidió de ellos escuchando los aullidos del pequeño Julián por las escaleras. Entonces salió de detrás de la lavadora, donde se había agazapado el día anterior cuando habían empezado a hacer las maletas. Sólo tuvo un momento de pánico cuando el crío le encontró, pero cuando ya alargaba la mano para cogerme y no había más pared se lo llevó su madre para cambiarle los pañales.

En fin, así es Pato. Pensamos que lo mejor para él, igual que Lucas, era ver mundo. Es curioso, a veces pienso que tienen más personalidad que yo. Han estado en un sinfín de países, se lo han pasado en grande y siempre que vuelven nos pasamos horas y horas escuchando todas sus peripecias. Cada uno tiene sus filias y sus fobias con la gente que conocemos, claro. En ese sentido Lucas es más cariñoso, pero muy sensible también. Le afectan más las cosas y está muy preocupado porque quiere vernos siempre felices y contentos. A veces es un poco pesadín con las mujeres, y Pato también, cada uno tiene sus preferencias.





Desde luego, Pato siente verdadera adoración por Bea. Este año le hemos enviado con ella a Manchester y lo está pasando en grande. En Velázquez 6 echamos terriblemente de menos a Bea, pero eso ya lo sabe.
El último viaje ha sido a Italia. Han hecho un montón de fotos, esperemos ir poniéndolas poco a poco.
Pato me llamó desde Pisa, una llamada entrañable: - Ojalá estuvieras aquí, Albert, iríamos a tomar un chocolate con Annie.



Mientras espero el día de mi próximo viaje, a cualquier sitio, les explicaré que cada noche estoy en un lugar distinto.
Ojalá la vida fuera como una cámara oscura, y pudiéramos meterla dentro de nosotros. Les presento a Abelardo Morell, un fantástico fotógrafo norteamericano. Con una simple caja de cartón te mete en la habitación el Empire State, y entonces imaginas qué sugerente sería recorrer la silueta del edificio acariciando su espalda.



Camera Obscura Image of the Empire State Building in Bedroom, 1994


O traerte un día, junto con el desayuno, la mismita plaza de Times Square. Entonces nos amaríamos, desaforadamente, entre carteles publicitarios. Y te vería sonreír.





Camera Obscura Image of Times Square in Hotel Room, 1997




Es lo que tiene la literatura, es lo que tiene la imaginación. La vida también es una cámara oscura.

Os quiero, pequeños.

P.D.- Socorro

9 comments:

Anonymous said...

Al igual que tú a Pato, que sepas que yo tambien te echo mucho de menos...
Fitzgerald.

P.D: No puedo evitarlo, y aunque Pato parece adorable, Lucas siempre será mi preferido...

Anonymous said...

no conozco personalmente ni a lucas ni a pato,pero seguro que una vez comenzada una conversación, nos sorprenderiamos descubriendo cuantas cosas tenemos en comun...

tipodeincógnito said...

Lucas llamó anoche antes de que llegaras. Te quiere y este año no puede venir en Navidad. No ha sabido nada de Colette, ni creo que quiera saber ya. En fin, en fin: un silencio por Robert Altman.

tomatita said...

Hay tardes en que llueve demasiado,me tapo con mi manta de rayas (cada uno tienes sus fetiches)y me pierdo entre libros, historias que me reconcilian con el mundo.
Y hoy me ha tocado tu historia, y quiero quedarme bajo esta manta, y sobre esta colcha azul que parece el mar...y tus palabras, querido Albert.
Un beso enorme

simalme said...

Qúé seríamos sin la literatura, y sin los amigos... incluyendo los patos. Saludos

Cayetana Altovoltaje said...

Yo también os echo de menos y Pato no puede en su gomoso ser de ansia de llegar para ponerse hasta el pico de ron y pizza en esa fiesta de bienvenida que celebraréis en su honor. Sois los mejores.
Buenísimas las fotos de la cámara oscura.
Saludos patunos y mancunianos.

Cayetana Altovoltaje said...

Yo también os echo de menos. Pato no cabe en su gomoso ser de ansia por volver y ponerse hasta el pato de ron y pizza en esa tremenda fiesta de bienvenida que celebraréis en su honor.
Geniales las fotos de la cámara oscura.
Saludos mancunianos y patunos.

Anonymous said...

excelente, todo estaba perfecto,
no lo arruines mas.

-a de ser agradable viajar tanto.

-disfruto la vida.
pero que forma de ver las cosas.

Gracias

Alberto Cuervo-Arango Rodero said...

Pero qué demonios...

¿?