Friday, January 26, 2007






A veces, cuando era pequeño, me despertaba en la cama del revés, con los pies en la almohada, y entonces el mundo volteaba y era angustioso ir palpando desesperadamente la pared buscando el interruptor, que nunca encontraba, y era todavía más penoso cuando me levantaba con ganas de ir al baño porque entonces me acurrucaba en un rincón y acababa con el mono empapado llorando de miedo hasta que venían a buscarme y entonces se hacía la luz.

Y no quisiera decir con esto que a veces es bueno que iluminen tu mundo.

Que también.

Photo: Paul Caponigro

4 comments:

tomatita said...

Vaya, mi querido Albert, yo también despertaba al revés, de hecho todavía me ocurre ,a pesar de los años que llevo a la espalda.

...Tendremos que dejar la luz encendida hasta cuando dormimos, por si acaso.

Gracias, Albert, gracias.

Un cariñoso abrazo, querido.

La reina de la miel said...

Jajaja, qué genial...El final me ha dejado descolocada. Yo de pequeña me golpeaba la frente contra la almohada antes de dormirme...¿alguna rareza infantil relacionada con el sueño más?

simalme said...

qué miedos y miedo tenemos dentro, hay que ver... A veces sólo sirven las distracciones para no acordarnos de ello.

Anonymous said...

solo que aveces uno se pierde...y no hay nada de malo en eso...